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MAREA: Microsoft, Facebook y Movistar finalizan la instalación del cable  de 6.600 km. entre Europa

Microsoft, Facebook y Telxius, filial de Telefónica, han conseguido unir la costa de Virginia, en EE.UU con la de Bilbao, en España, con el cable submarino más rápido que existe en la actualidad; su longitud es de 6.600 kilómetros. No es el primer cable que cubre grandes distancias, sin embargo, es el que más capacidad tiene cuando se habla de datos.

Los 160 Tbps que transportará el nuevo cable permitirán mandar 4.000 DVDs o 100.000 millones de tuits en un solo segundo, 100.000 mensajes simples en un segundo y mover unos 80 millones de vídeos a la vez o más de 5.000 millones de conversaciones simultáneas de voz sobre IP.

La finalidad es ofrecer otra vía de conexión para transportar datos hasta centros de Europa, África, Oriente Medio y Asia.

Para Microsoft la inversión es imprescindible para asegurar sus servicios en la nube, como Bing, Office 365, Skype o Xbox Live, mientras que Facebook quiere asegurar la mejor conectividad a sus usuarios. Telxius, filial de Telefónica, aporta su experiencia en el tendido de cables submarinos y usará Marea para ofrecer servicios mayoristas a toda empresa que quiera comprar capacidad de transmisión entre ambos lados del Atlántico.

Un barco cablero, el navío TE Connectivity, ha sido el encargado de la instalación del cable en todo el océano; llegó a la playa de Arritera, en Sopelana, Vizcaya, el pasado 12 de junio. Previamente, la Comisión Federal de Comunicaciones estadounidense y el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente español, otorgaron las licencias el pasado abril para un periodo de 25 años.

El cable ayudará a cubrir la creciente demanda por parte de los usuarios de alta velocidad y conexiones fiables para los servicios en la nube y online. Junto a Facebook y Microsoft, permitirá a Telxius no sólo ampliar la capacidad on-net entre España y Estados Unidos, sino también abrir oportunidades de mercado en Europa Occidental y nuevas rutas emergentes en el norte de África y otras regiones.

El cable, que ha sido construido en un tiempo que triplica la velocidad en la que suelen construirse los cables submarinos, ha sido realizado a raíz de que el huracán Sandy dejase sin conexión hace unos años a buena parte de la Costa Este de los Estados Unidos. Algo similar ocurrió con el terremoto de Taiwan de 2006, que rompió 9 cables y dejó sin internet a millones de personas; o en 2011, cuando el tsunami de Japón rompió la mitad de los cables, aunque los operadores consiguieron desviar el tráfico por otras rutas.

La nueva instalación permitirá que desde España tengamos más velocidad de acceso y de interconexión con el resto del mundo, especialmente con EEUU, principal generador de tráfico y de contenidos en el mundo; esta inversión dará lugar a otras y será un importante generador de actividad económica.

Apodado como Marea, el cable, que comenzará a operar en 2018, jugará un papel trascendental no solo para España y Estados Unidos, sino también para el resto de Europa, Asia y Oriente Medio. Así lo explican desde la propia Microsoft, que señala que también se aprovecharán de los beneficios que ofrece esta conexión a través de su centro de datos en la nube establecido en la misma Virginia.

No obstante, el cable, pese a su grosor y protección, que es mayor cuando se encuentra cerca de la costa o en la playa, puede sufrir problemas en forma de cortes debido a anclas de buques fondeados en la costa, animales o terremotos; en estos casos, un buque llegaría hasta el punto, que se detecta con exactitud por control remoto, para fusionar las dos fibras.

El anclaje del cable en España

Es la primera vez que un cable de fibra óptica para comunicaciones conecta España con Estados Unidos sin pasar por Gran Bretaña. Parte de la playa de Arrietara, en Sopelana y su despliegue ocupa 28.000 metros cuadrados de dominio público marítimo-terrestre. El cable, soportará servicios de voz, datos, Internet y comercio electrónico. Hasta ahora, sólo un cable llegaba a España, el Columbus-III, que fue tendido en 1999 desde Miami con una parada en Conil, que tiene 9.900 km; el resto de los puntos son Florida, Azores, Lisboa y Sicilia.

Quince personas, entre las que se encontraban ingenieros, submarinistas, operarios para los trabajos de playas, operadores y guardas de seguridad, participaron en Sopelana en la fase inicial.

El tendido sale de una arqueta enterrada o BMH ya existente, que albergó en el pasado un cable coaxial (utilizado para transportar señales eléctricas de alta frecuencia) actualmente fuera de servicio. Se trata de una cámara de hormigón por encima del nivel del agua en pleamar y discurre hasta tres metros bajo tierra en “medias cañas” de hierro fundido, resistentes a la abrasión y que se utilizarán a modo de protección. El pliego de condiciones presta especial atención al impacto medioambiental del proyecto, de manera que cualquier incidencia sea subsanada.

La antigua estación telefónica de Sopelana, inaugurada en 1975, se ha transformado en sólo 4 meses en una estación de amarre de cable submarino. La estación de amarre es fundamental en un sistema de cable submarino por ser el punto donde se asegura el suministro de energía, tanto a los equipos que alimentan al cable como al resto de elementos; además, es el sistema donde confluyen las comunicaciones ópticas terrestres y la comunicación óptica marina. Una vez que el cable está desplegado en el fondo del mar y se hace el empalme final, lo que en el caso de “Marea” se hizo el pasado mes de agosto, comienzan las pruebas de aceptación del comisionado de extremo a extremo con el cable ya extendido para probar la continuidad tanto eléctrica como óptica de todo el sistema

El cable tendido en Sopelana es un estándar industrial, utilizado en todos los sistemas de telecomunicaciones submarinos de TE SubCom, una empresa que ha instalado en todo el mundo más de cien sistemas, unos 600.000 kilómetros. Es un conjunto de fibras ópticas encajadas en un material de gel que las protege de tensiones de cizallamiento, que se introducen en un tubo de plástico de polibutileno al que se incorpora un conductor de energía. El recubrimiento del cable tendrá diferentes grosores y resistencia en función de la profundidad a la que se deposite. Es también el cable transatlántico con la banda más ancha existente y el situado más al sur que otros cables de este tipo ya existentes, siendo el primero que conectará el nudo de conectividad. Para colocarlo, hay que tener en cuenta todos los obstáculos que hay que salvar, ya que, también en el fondo del mar hay diferentes relieves, como la Dorsal Atlántica, que cruza el Atlántico de norte a sur y que no se puede esquivar, por lo que hay que saber dónde colocarlo y en lo posible buscar la arena que es el medio menos agresivo para el cable; no obstante, el cable pasa por zonas rocosas y en este caso hay que elegir bien la armadura para que no resulte dañado; si está expuesto a fuertes corrientes marinas, por ejemplo, se utiliza un tramo de cable muy robusto para que tenga una mayor protección, aunque también es cierto que es cerca de la costa, donde hay actividad humana, donde más riesgo hay de rotura, por lo que también ahí se utiliza una protección de doble armado. En el fondo marino, sin embargo, donde no hay actividad humana y el cable se apoya sobre arena, se utiliza uno más fino recubierto sólo de aluminio y polietileno, siendo sólo un poco más grueso que un cable eléctrico convencional.

Cables submarinos

Las autopistas de internet en el mar

Aproximadamente el 90% del tráfico de Internet circula a través de cables submarinos que unen los cinco continentes. En total hay cables repartidos en 300 líneas por todo el mundo; los más profundos llegan a los 8.000 metros y el más largo tiene 39.000 kilómetros. Construir un kilómetro de este cable cuesta unos 50.000 euros.

Estos cables son auténticas autopistas que permiten cursar las comunicaciones internacionales, tanto de voz como de datos, a gran velocidad e intercambiar enormes volúmenes de información sin retraso, lo que no ocurre con los enlaces vía satélite. También son los encargados de hacer circular más de 3.000 millones de dólares al día en las transacciones económicas.

Los cables submarinos recorren los fondos del mar uniendo distintos países en una gran red troncal basada en enlaces de fibra óptica cuyos orígenes se remontan a 1850, cuando la expansión del telégrafo hizo necesario conectar Francia e Inglaterra, separados entre sí por el mar, siendo el punto más cercano el Paso de Calais, situado en el Canal de la Mancha; por ello, se tendió allí el primer cable submarino. Un año después, el cable se rompió cuando a un pescador se le engancharon sus redes en él, lo que supuso un estudio más profundo para conseguir una solución que permitiera que los cables funcionasen bien bajo el agua y que llegó de manos de Wemer von Siemens, que desarrolló un recubrimiento para los cables (llamado gutapercha) que permitía que estos funcionasen bien bajo el agua. Este primer éxito propició que el telégrafo se expandiese en Europa y África, enlazando ambos continentes y llevando este sistema de comunicación a distintas islas.

En un principio, los cables se limitaban a conectar diferentes partes de un mismo continente hasta que en 1990 se instaló un cable que recorría toda la costa mediterránea y continuaba por la costa índica hasta llegar a Japón. Poco después, se instalaron también cables que conectaban América con Asia, Asia con Oceanía y América con Europa. El primer cable de fibra óptica transatlántico no llegó hasta 1997.

África fue el continente al que más tarde llegaron los cables, en 2002, cuando el primer gran cable atravesó su costa atlántica, pero aún hubo que esperar a 2009 para que se cubriera la costa Pacífica.

Una alternativa al satélite más barata

CON MAYOR VOLUMEN DE DATOS

La ventaja del cable sobre el satélite es que es más barato y puede transportar mucha más cantidad de datos; los satélites son más limitados y solo se utilizan para hacer llegar la información a zonas rurales en áreas remotas.

Mientras que una llamada telefónica que va a través de satélite tiene que recorrer desde la Tierra hasta el satélite 36.000 kilómetros, a través de un cable la distancia se reduce a un máximo de 8.000 kilómetros. Cuando desde España escribes un twitter, la información viaja por los cables bajo el Océano Atlántico, llega a Atlanta, donde se encuentra el servidor y desde ahí viaja al resto del mundo; si el mensaje lo mandas por Facebook, viaja a través del Báltico, hasta un servidor situado en Lulea (Suecia).

Un kilómetro de cable submarino cuesta 50.000 euros; el lanzamiento de un satélite tiene un coste variable, entre 50 y 500 millones de dólares, dependiendo del tamaño. El primer satélite de SpaceX, costó 100 millones de dólares pero ya hay quien pronostica que el coste se puede reducir a 200 dólares por kg enviado a órbita. En cuanto a la construcción de satélites, en 2004 los Cube Sats podrían construirse por un precio de entre 65.000 y 80.000 dólares y ahora los precios de uno de estos aparatos lanzados en un cohete ruso se pueden reducir a 30.000 dólares.

DATOS Y CIFRAS DE MAREA

• 25 años de duración de concesión de licencia

• 27.861 metros cuadrados de dominio público marítimo-terrestre de ocupación

• 16.701 metros del domino público de mar territorial, 10.868 m2 de aguas interiores y 290 m2 de tramo terrestre

• 1,2391 euros es el canon a abonar por Telxius en España por metro cuadrado y año

• 160 terabits por segundo (TBps), es la capacidad del cable, dividida en ocho pares de fibra de 20 Tbps cada una

• 16 millones de veces más rápido que una conexión de Internet doméstica.

• 4.000 DVD’2 convencionales por segundo será la velocidad a la que podrá transmitir información

• 80 millones de vídeos los que podrá mover a la vez

• 5.000 millones de conversaciones simultáneas de voz sobre IP

• 100.000 mensajes simples en un segundo

• 50.000 euros es lo que cuesta construir un kilómetro de cable submarino.

LOS IMPULSORES

El presidente de Microsoft, Brad Smith, ha señalado que Marea es “una conexión que atraerá a los próximos 1.000 millones de usuarios de Internet en África, Oriente Medio y el sur de Europa, conectándolos con los residentes en EEUU a través de una infraestructura del siglo XXI “. Por su parte, el director de operaciones de la red, Frank Rey, destacó que, “la inauguración del cable del sur cubrirá la demanda de los clientes de conexiones de nueva generación, de forma que se agilizarán las comunicaciones”; añadió que “nuestra vida diaria depende de Internet”, y que el cable “Marea” será “clave” en la informática en la nube; en su opinión, “es un nuevo hito dentro de las infraestructuras de Internet.

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